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De casa al trabajo


Salí de casa a la mañana y en el cielo celeste pálido reinaba la luna, plena, hermosa, brillante y amigable. La sierras estaban de un azul verdoso, con una luminosidad apagada, un poco turbia, como si un velo blanco se interpusiera entre ellas y mis ojos. Nubes rosadas y lilas se estiraban de lado a lado en el cielo, dorándose por donde salía el sol.

2 comentarios:

Boots dijo...

Hola Marina!... me encantan todos tus escritos, esta es una buena oportunidad para mi de acercarme a tus trabajos, me transmiten mucho.
De paso te te invito a que visites mi blog.
Tu fiel lector :)
Martín.

Anónimo dijo...

gracias Martín! Acabo de descubrir tu blog gracias a Ruben, todavia no pude leer todo, pero está super bueno, y me prece genial que te animes a mostrar tus cosas! y que bueno poder encontrarnos así!