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Librogs: un viaje de ida

Esto de los blogs por un lado es muy fácil, por lo menos en cierto nivel básico, porque cuando me vuelvo quisquillosa con tratar de conseguir exactamente el aspecto visual que yo quiero, todavía no lo consigo. Pero bueno, lo básico es super fácil e impune, por lo menos por ahora, que recién empiezo y nadie me comenta nada porque nadie los ha leido por ahora.

Había empezado este blog con la propuesta de cada día agregar algo, aunque sea poquito, con afán autoterapéutico, y la facilidad de los blogs me tentó a armar blogs por separado para mostrar al mundo mis "libros" terminados y archivados, y así me embarqué en armar mis librogs. El primero que armé es el de las Fábulas, porque cuando me puse a pensar cuál fábula podría incluir acá (como incluí dos textos de Zona crepuscular) había tantos que me gustaban que decidí ponerlos todos, pero en su propio blog.

La característica principal de los librogs es que están armados al reves: en este blog, lo más reciente está adelante, es lo primero que se lee, y si alguien quisiera saber qué fue lo primero que escribí, es decir la entrada más vieja, debería ir hasta el final de la página o blog. En cambio los librogs los armé de tal forma que si alguien quiere leer mi libro de corrido, tal como yo lo concebí y como lo publicaría si pudiera, deberá leer de arriba abajo, desde la "Presentación" (todos tienen una presentación) hasta lo que esté al final. Espero que esto se entienda bien, supongo que sí. Y esto es así porque los concebí como blogs cerrados, terminados, los armé y ya no iré agregando nada en ellos, por lo menos esta es mi idea ahora. Están ahí para que mis textos estén en el éter informático al alcance de todos.

Lo que puse por ahora son las prosas. De las Fábulas pasé a los cuentos de Matías, de los cuentos de Matías a La vie standing there, que mostré a muy pocas personas en la vida (hasta ahora, si cuento bien, sólo 4 lectores), y después a los cuentos de Tuc, que no sé, porque como en su momento dos de mis lectores más importantes para mí los criticaron mucho, hasta parecía que se habían enojado conmigo por lo que había escrito, y un escritor muy admirado dijo que eran (ya no me acuerdo bien sus palabras) "la chicana típica" o algo así, aunque también recibí algunas críticas buenas (y una de una escritora admirada también) qué sé yo, dudé... pero al final lo armé, y que sea lo que Dios quiera.

Con lo que no sé qué hacer es con los poemas, por un lado por cuestiones técnicas: todavía no domino esto de los blogs, y no conseguiría que se vieran como yo quiero, y en eso con los poemas soy muy maniática. Por otro lado mis poemas, por lo menos algunos, especialmente el libro Los elementos, es aquello de lo que estoy más orgullosa. Me pueden decir lo que quieran sobre todo lo demás, pero de Los elementos estoy segura de que es bueno. Y no sé, me encanta el éter informático, me encanta la democratización de internet (altra que la obra de arte en la era de su reproductibilidad técnica), me encanta acordarme del Arcipreste de Hita que al final del Libro del Buen Amor dice que cualquiera puede tomar sus versos y apropiárselos y modificarlos y continuarlos, etc, pero con Los elementos todavía guardo la esperanza de alguna vez poder publicarlo, y claro, si lo lanzo al éter, adiós publicación. Veremos cómo sigue, tal vez renuncie pronto cuando me convenza de que lo más importante es que esos poemas se lean, incluso aunque quien los lea nunca sepa que los escribí yo (vanidad personal, mentalidad propietarista-capitalista del intelecto, etc). Al fin y al cabo cuando concebí Los elementos sentí que un númen me lo estaba dictando, y que eso que yo escribía no era mío, eran cosas que querían ser dichas y me habían elegido a mí como camino, por lo tanto... lo mejor sería regalarlas al mundo. Pero entonces vuelvo al problema técnico de principio: necesito que se vean tal cual son. Lo mejor sería armar un pdf, pero no sé bien cómo.

Volviendo a los blogs, me había propuesto terminar estos cuatro y mostrar todo a todos mis conocidos, y cuando estoy por terminar ya se me ocurre que podría hacer más: el de las sirenas, el de los librobjetos (también tengo problemas técnicos acá), el de mis cosas visuales, o plásticas, o como se digan... en fin, es un viaje de ida.

Dejo acá por ahora.

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