A la mañana, el sol arde, y el agua está helada. A la tarde el agua, después de haber recibido doce horas de sol, está cálida, pero hay viento y hace frío. Como el amor, como la vida, las playas argentinas. (01.96)
El infierno de los vivos no es algo que será, hay uno, es aquel que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es riesgosa y exige atención y aprendizaje contínuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio.
Palabras de Marco Polo a Kublai Kan, escritas por Italo Calvino en Las ciudades invisibles.
// Marina Pérez Muraro // Blog actualizado: cuentogotas // Librogs: Fábulas sensuales - Los cuentos de Matías - Tuc - La vie standing there - Zona crepuscular - Sirenas - El tercero //
2 comentarios:
qué bellas palabras señora poeta
gracias amor
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