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El dique

Tenía un amigo pintor veinte años más grande que nosotros que a su tercera o cuarta ginebra ante nuestros devaneos adolescentes nos decía citando a noséquién: "Cuanto más alto es el dique con más fuerza se rompe". Muchas veces en el pasado sentí que en mi evolución espiritual avanzaba en espiral: llegaba a un punto que indudablemente era un "avance", permanecía ahí un tiempo, para meses más tarde encontrarme en un punto que indudablemente era un "retroceso" comparado con el anterior, sentirme en él un tiempo más largo hasta que un día de golpe sentía que volvía a pasar por el primer punto recuperando todo lo que había "avanzado" entonces pero ahora con más profundidad, con más fuerza y velocidad; como un cometa que se aleja por su órbita, va perdiendo velocidad, llega al punto máximo de alejamiento y ahí gira, vuelve a acercarse al punto de atracción, cobra velocidad a medida que se va acercando, y cuando pasa a su lado gira con muchísima más fuerza y sigue viaje hiperimpulsado; algo así, pero en espiral, no en una órbita que es siempre igual en el mismo plano, sino como una espiral que en cada vuelta profundiza un poco más, o se agranda, o se expande.

Muchas veces sentí esto pero hoy claramente la imagen pertinente fue la del dique. Hace mucho tiempo, años, que me siento estancada, más perdida que turco en la neblina, a la deriva, como bola sin manija, etc. Años de malestar e incomodidad, por momentos de desazón, de no ver la salida, pero empeñarme en insistir en que tiene que existir. Es decir, tres o cuatro años de sentirme atrapada como el agua contenida por un dique, que siente el dique pero no puede verlo. Y también hace tiempo (pero menos, claro), que empecé a sentir que vislumbraba una salida, un atisbo de camino, por lo menos identificar qué tenía que buscar, aunque todavía no supiera cómo buscarlo ni dónde encontrarlo (es decir, un año y medio, más o menos, de que una pequeña gotita de agua pudiera pasar del otro lado del dique). Hace un par de semanas se abrió la grieta (la detonante fue la tía Clarissa, pero el libro estuvo al alcance de mis manos, de mis ojos y de mi mente durante 2 años, si la grieta apareció ahora y no antes es por mí, no por el libro). Y exactamente esta noche, la ruptura del dique (cabalísticamente podríamos decir: la ruptura de los recipientes). Exactamente eso: se rompió la pared, el agua está libre, fluye, puede seguir su cauce natural: recuperé lo más profundo de mí, me rescaté de mi origen, me despojé de corsés, me reubiqué en mis coordenadas (lamento las metáforas imprecisas pero especificar más sería, como diría mi hermana, "demasiado íntimo para la web").

Les dejo una canción que por muchos motivos "demasiado íntimos para la web" condensa este momento:



Teach Your Children
( Crosby, Stills, Nash & Young)

You, who are on the road,
Must have a code that you can live by.
And so, become yourself,
Because the past is just a good bye.
Teach your children well,
Their father's hell did slowly go by.
And feed them on your dreams,
The one they picks, the one you'll know by.

Don't you ever ask them why, if they told you, you will cry,
So just look at them and sigh and know they love you.

And you, of tender years,
Can't know the fears that your elders grew by.
And so please help them with your youth,
They seek the truth before they can die.
Teach your parents well,
Their children's hell will slowly go by.
And feed them on your dreams,
The one they picks, the one you'll know by.

Don't you ever ask them why, if they told you, you will cry,
So just look at them and sigh and know they love you.......





Fotografía: Nick Peef, Escaping to P
aradise

3 comentarios:

Diana Pérez dijo...

Era la canción final de Melody, no?
Me alegra que el dique reviente. Ojalá el agua fluya eternamente y saludablemente en vos.
te quiero un montón!

gotamarina dijo...

Gracias por los buenos deseos y el amor! Sí, es la canción final de Melody, estoy intentando subir la escena final pero todavía no lo consigo... Besos! Yo también te quiero un montón!

gotamarina dijo...

lo conseguí!