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El agua del alma - El agua humana

Cuando leí estas frases de la tía Clarissa caí en la cuenta de que las lágrimas son gotas. Agua humana, agua corporal, el agua que producimos nosotros mismos, nuestra agua bendita:

Las lágrimas son un río que nos lleva a alguna parte. El llanto crea un río alrededor de la barca que transporta nuestra vida espiritual. Las lágrimas levantan la embarcacion por encima de las rocas, por encima del terreno seco, y la transportan río abajo a un lugar nuevo y mejor.
Existen océanos de lágrimas que las mujeres jamás han llorado, pues les
han enseñado a llevarse a la tumba los secretos de su madre y su padre, de los hombres y la sociedad y los suyos propios. El llanto de una mujer siempre se ha considerado muy peligroso porque abre las cerraduras y los pestillos de los secretos que lleva dentro. Pero en realidad, por el bien del alma salvaje de la mujer, es mejor llorar.


y en el capítulo siguiente:

A lo largo de la historia las lágrimas han cumplido tres misiones: han atraído a los espíritus, han rechazado a los que pretendían ahogar y encadenar al alma sencilla y han sanado las heridas de los pactos desventajosos hechos por los seres humanos.
Hay veces en la vida de una mujer en que ésta llora sin cesar y, aunque cuente con la ayuda y el apoyo de sus seres queridos, no puede dejar de llorar. Hay algo en sus lágrimas que mantiene al depredador a raya y aparta el malsano deseo o la ventaja que podría provocar su ruina. Las lágrimas sirven para remendar los desgarros de la psique, por los que se ha ido escapando la energía. La situación es muy grave, pero lo peor no llega a producirse -no nos roban la luz- porque las lágrimas nos otorgan la conciencia. No hay posibilidad de nos quedemos dormidas cuando lloramos. Y el sueño que se produce es tan sólo para el descanso del cuerpo físico.

A veces una mujer dice "Estoy harta de llorar, estoy hasta la coronilla, quiero detenerme." Pero es su alma la que derrama lágrimas y éstas son su protección. Por consiguiente, tiene que seguirlo haciendo hasta que termina su necesidad. Algunas mujeres se asombran de la cantidad de agua que puede producir su cuerpo cuando lloran. Eso no dura eternamente, sólo hasta que el alma termina de expresarse de esta sabia manera.

Clarissa Pinkola Estés, Mujeres que corren con los lobos.

(Tengo pendiente comentar algunas cosas sobre el libro de Clarissa que me dan vuelta en la cabeza desde que empecé a leerlo... en cuanto tenga tiempo lo escribo).

Fotografía: Man Ray

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