
Y sin embargo no me borré, aproveché la oportunidad para reconectarme con algunos y me hizo muchísimo bien. Me hizo enormemente bien sentir en el presente la buena onda de amigos tan lejanos en el tiempo y en el espacio. Y me hizo muchísimo bien reconectarme con mis sensaciones de hace tantos años. Como a todos ellos les perdí el rastro hace 15 o 20 años, al pensar en ellos inevitablemente volvieron a la superficie mental nuestros últimos recuerdos en común, lo último que supe de ellos, y eso me llevó a recordarme a mí misma 20 años atrás. Me hizo bien recuperar esa sensación de la juventud de que el mundo está por vivirse, de que puedo meterme por un camino y desandarlo si quiero y empezar otro nuevo (justamente lo contrario de lo que venía sintiendo últimamente y me tenía tan agobiada: que el camino que tomé ya no tiene salida, que ya no tengo energía para empezar uno nuevo). Milagrosamente en vez de sentir que eso-era-a- los-20-años-pero-ahora-ya-no-es-posible y deprimirme, milagrosamente recordar mis sensaciones de la juventud me hizo recuperar mi energía en el presente. Como por arte de magia, desapareció la pantera, desaparecieron los barrotes, y me sentí libre y fuerte de nuevo.
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