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Del TDK al Spotify... y de la feria de Scarborough a la calle Bleecker

Cuando era chica había en casa un tocadiscos (objeto que con el paso del tiempo cambió de nombre y empezó a ser llamado "bandeja") donde escuchábamos los únicos discos disponibles por entonces: los grandes, finitos y negros (ahora hay que aclarar: discos de vinilo). El equipo de música (es decir: esta bandeja, su amplificador y sus parlantes) estaba ubicado en el living-comedor de nuestra casa, al alcance de todos, y desde que éramos chicos nosotros teníamos nuestros propios discos, por ejemplo los de María Elena Walsh, etc.


En algún momento de nuestra preadolescencia, y ya no recuerdo bien por qué porque fue hace mucho (yo tenía más o menos 11 años), mi hermana y yo sentimos la imperiosa necesidad de tener un grabador propio. Ya no me acuerdo si lo que nos impulsaba era tener nuestra propia música en nuestro propio cuarto (compartíamos habitación, y la individuación todavía era un camino compartido por entonces) o si lo que nos importaba era tener música en casets, o grabarnos a nosotras mismas... ya no me acuerdo.


Lo que más o menos me acuerdo es que juntamos algunos ahorros y ayuda parental y nos compramos el objeto deseado. Se parecía bastante a éste de la imagen, pero era más plateado que negro. Eso sí, teclas gigantes (en comparación con lo que vino después) y mecánicas, que hacían un clac! sonoro al apretar el play, el rewind (palabra misteriosa para mí entonces), etc.


Y lo que me acuerdo perfectamente es que nos compramos dos casets para estrenar el aparato, elegidos uno por cada una. Yo elegí la banda musical de Melody (y si, ya se van dando cuenta de cómo es la cosa, no ;-)? ) y Diana eligió un caset de color lila con la foto de un par de tipos que yo desconocía y que se llamaban Simon & Garfunkel (el segundo apellido me hacía pensar en televisores).


Dejemos a Melody de lado ahora: el caset de S & G se volvió parte fundamental de mi vida, y todas las canciones de esa selección son parte de las circunvoluciones de mi cerebro. Son maravillosas, y les dejo ahora una para que disfruten:





Scarborough Fair


Are you going to Scarborough Fair
Parsley, sage, rosemary and thyme
Remember me to one who lives there

She once was a true love of mine


Tell her to make me a cambric shirt

(On the side of a hill in the deep forest green)

Parsley, sage, rosemary and thyme

(Tracing of sparrow on snowcrested brown)

Without no seams nor needle work

(Blankets and bedclothes the child of the mountain)

Then she'll be a true love of mine

(Sleeps unaware of the clarion call)

Tell her to find me an acre of land

(On the side of a hill a sprinkling of leaves)
Parsley, sage, rosemary and thyme

(Washes the grave with silvery tears)

Between the salt water and the sea strands

(A soldier cleans and polishes a gun)

Then she'll be a true love of mine


Tell her to reap it with a sickle of leather

(War bellows blazing in scarlet battalions)

Parsley, sage, rosemary and thyme

(Generals order their soldiers to kill)

And gather it all in a bunch of heather
(And to fight for a cause they've long ago forgotten)

Then she'll be a true love of mine


Are you going to Scarborough Fair

Parsley, sage, rosemary and thyme

Remember me to one who lives there

She once was a true love of mine



Pasó el tiempo, conocí a Rubén y además de volver a escuchar al dueto conocí a su lado muchas más canciones de Paul Simon. Y gracias a él también llegó a mi computadora el Spotify, un programa que permite escuchar música en la computadora sin parar. Es como una radio, porque cada varios temas hay que bancarse uno o dos minutos de publicidad, pero salvo por eso es perfecto: se puede buscar al artista que uno quiera, a la canción, el album, la discográfica, etc, y escuchar horas y horas de música.


Con el Spotify me volví adicta a S & G, porque me vengo a la máquina a la noche, cansada, a hacer mis cosas (e-mail, blog, etc) y pongo la lista de reproducción de S & G en Spotify y me puedo quedar horas escuchándolos. Esté como esté al llegar a la máquina, después de escucharlos un rato estoy en otro estado: una mezcla de paz, bienestar, inspiración melancólica, desprendimiento del mundo... y entre todo lo que volví a escuchar de ellos, y lo nuevo que conocí ahora, hay una canción que me viene acompañando especialmente, y aquí se las dejo, me parece sumamente bella y es la que consigue mayor efecto en mí:




Bleecker Street

Fog's rollin' in off the East River bank
Like a shroud it covers Bleecker Street
Fills the alleys where men sleep
Hides the shepherd from the sheep

Voices leaking from a sad cafe
Smiling faces try to understand
I saw a shadow touch a shadow's hand
On Bleecker Street

A poet reads his crooked rhyme
Holy, holy is his sacrament
Thirty dollars pays your rent
On Bleecker Street

I heard a church bell softly chime
In a melody sustainin'
It's a long road to Canaan
On Bleecker Street
Bleecker Street

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