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Un cielo patagónico

Hoy cuando salí del trabajo después de diez horas de encierro, en la puerta misma y extendido sobre el descampado que hay enfrente me esperaba un cielo espectacular: distintos planos de nubes de distintos tonos de azul, gris y blanco, de distintas formas fantásticas, tan irregulares como irreproducibles: abigarradas, desmenuzadas, compactas, evanescentes, deshilachadas, ascendentes, desparramadas, resplandecientes, oscuras, presagiando agua, anunciando buen tiempo, todo estaba presente en el cielo que me encontré. Tanta magnificencia me hizo acordar los cielos que vi en la Patagonia (el lugar con mejores cielos que vi en mi vida) y hasta el aire helado que me abrazaba parecía venir de ahí.

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