Verde anil amarelo cor de rosa e carvão es un disco de Marisa Monte que me inspiró absoluto amor a primera oída cuando lo conocí hace más de 10 años, y desde entonces es uno de mis discos de cabecera. Y ahora lo recomiendo porque siento que puede acompañar cualquier momento emocional: si estamos felices, musicaliza nuestra alegría; si estamos tristes, nos reconforta y alivia; si estamos reflexivos, su versión de Pale Blue Eyes de Lou Reed puede compaginar con cualquier momento metafísco; si estamos en un momento de contemplación del universo en toda su profunda magnanimidad, Alta Noite reflejará nuestro éxtasis; si nuestro amor nos dejó, De Mais Ninguém nos abrigará en la pena (Se ela me deixou, a dor ... é o que me esquece sem me dar calor...); si nuestro amor se ha ido pero volverá, Esta melodia nos ayudará a sentirnos acompañados mientras esperamos su regreso; y si nuestro amor sigue a nuestro lado, danzaremos juntos con Na estrada.
Con esa cualidad brasileña que les permite hablar en tono alegre de los pesares (y que nos hace tanto bien a los argentinos para contrarrestar nuestra tanguedad, nuestra tendencia a hablar melodramáticamente hasta de las cosas alegres) la Dança de solidão, de Paulinho da Viola, que empieza Solidão é lava que cobre tudo / Amargura em minha boca... termina con esta imagen que guardo como fuente de toda esperanza: Apesar de tudo existe, uma fonte de água pura / Quem beber daquela água, não terá mais amargura.
Les dejo una de las canciones más leves y maravillosas de este disco que adoro:
Bem leve
Bem leve leve
releve
quem pouse a pele
em cima de
madeira
beira beira
quem dera mera mera
cadeira
mas breve breve
revele
vele vele
quem pese
dos pés a caveira
Dali da beira uma palavra cai no chão
caixão
dessa maneira
Uma palavra de madeira em cada mão
Imbuia
Cerejeira
Jacarandá, Peroba, Pinho, Jatobá
Cabreúva
Garapera
uma palavra de madeira cai no chão
caixão
dessa maneira.
Marisa Monte/Arnaldo Antunes
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