Hoy pasamos con Manuel por la vereda de la casa del
perro que antes nos ladraba y ya no nos ladra más, y por primera vez vi un ser humano en ese jardín, un señor mayor arreglando una verja. Le comenté a Manuel que como nunca había visto en ese jardín a nadie más que al perro me había preguntado si no vivía nadie en la casa, y me dijo muy sabiamente y con tono de proverbio:
En casa donde hay perro hay dueño de perro.
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