Con tanta tormenta estival el río crecío mucho; no sé si por eso o por qué, lo visitaron gaviotas. Hoy a la tarde fuimos con Manuel hasta el río y se sentó en el muellecito con el agua tan alta que llegaba hasta el borde, con lo cual Manuel tenía las patas metidas en el agua desde las rodillas a los pies. Nos quedamos así, él sentado en la punta del muelle, de cara al agua, revoleando las patas salpicando a uno y otro lado, yo a sus espaldas leyendo a Clarissa, y al rato me di cuenta de que hablaba con las gaviotas. Ellas planeaban volando sobre su cabeza y decían su sonido, y Manuel inmediatamente reproducía el sonido bastante fielmente (mucho mejor de lo que yo puedo inventar acá para tratar de (d)escribirlo). Una gaviota: "eehgk, eeghk"; Manuel: "eehgk, eehgk". Otra gaviota: "eehgk, eeghk"; Manuel: "eehgk, eehgk". Así un rato, hasta que no hablaron más, Manuel pasó al momento de tirar piedras al agua y después a caminar por la orilla chapoteando con el agua hasta las rodillas.
Fotografía: Patricio Murphy
LIBROGS - Mis libros en el éter informático
Me expando en la ué como gayeta en el agua
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2 comentarios:
Nos había resulatdo poliglota Manuel.
Porteño, coooordobés, catalán, gaviotil, .....
Parece que heredó buen oído para la música, que es elemental para hablar idiomas ....
Es así, tal cual: heredó el buen oído musical y la facilidad para los idiomas del padre y también el interés por los idiomas de la madre, o sea que en lenguas sacó todo Excelente!
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