Páginas

Las largas vacaciones de cuentogotas

Tengo muy abandonado a mi cuentogotas querido, no es por desamor ni desinterés sino consecuencia de estar enfrascada en la inminente mudanza.

Cualquier mudanza es complicada aunque nos mudemos a una cuadra de donde vivíamos antes,* por muy corta que sea la distancia igual hay que meter todo en cajas y volver a sacar todo de las cajas en la nueva casa.

En nuestra inminente mudanza se suma al trajín intrínseco del mudar la gran distancia entre la casa que dejamos y la nueva adonde viviremos. Como le gusta decir a Manuel, es una mudanza internacional y transcontinental, transoceánica y transhemisférica, ergo: el agite es mayor, y no entro en detalles porque para qué.

Simplemente digo que lo tengo abandonado a cuentogotas y lo tendré abandonado un par de meses más, calculo, porque dentro de 24 hs desconecto mi compu, la meto en una caja y se supone que no volvemos a encontrarnos ella y yo en un mes y medio. Me quedaron entradas por hacer, básicamente unos cuantos videos de los que tengo el material en bruto pero no tuve tiempo de editarlos. Si puedo los termino en Buenos Aires, me gustaría no desperdiciar la idea ni el material...

Se abre un interrogante en mi vida: ¿cómo seguirá cuentogotas en Buenos Aires? Nació acá, y me gustaría continuarlo allá, pero no sé qué forma tomará. Necesariamente va a cambiar de forma si lo cotidiano cambia tanto. Ciertos estímulos desaparecen y aparecen otros muy diferentes.

Supongo que preguntarme cómo será cuentogotas cuando vivamos en Buenos Aires es como preguntarme cómo será nuestra vida en Buenos Aires, y la verdad es que no tengo ni idea. Hace once años que me fui, pasaron tantas cosas que siento que tengo que reaprender a vivir ahí, tengo que ponerme al día con la ciudad y con la gente, tengo que inventar una nueva rutina familiar que antes no existía (Manuel nunca vivió en Buenos Aires! Nunca fui madre en Buenos Aires...). Me tengo que redescubrir a mí ahí y redescubir las relaciones: después de tanto tiempo sin cotidianidad, cualquier reencuentro con un amigo implica una actualización de la relación según cómo somos ahora, por lo tanto reencontrarme con alguien que no veo en 10 años, o en 20 o en 30, me resulta más o menos lo mismo: en todos los casos lo que importa es lo que somos ahora y el cariño que haya quedado. Como gracias al feisbuc en los últimos meses me reencontré en el éter informático con amigos que no veo desde que era adolescente o infante, Buenos Aires me depara un montón de aventuras. Qué incógnita pensar qué pasará en cada reencuentro...

Y ahora dejo la futurología y sigo embalando. ¡Adiós, cuentogotas y quienquiera que me lea, hasta cuando pueda!

Fotografías: Martin Waugh, Liquid sculpture.

* Como hicimos una vez con mi familia de origen cuando yo tenía ¿15 o 16 años? no me acuerdo bien... Padres, ustedes tienen 26 años más que yo pero seguro que se acuerdan mejor que yo, ¿qué edad tenía cuando nos mudamos de Yerbal al 400 a Yerbal al 500?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo tenia 19, estaba en la facu. Vos tendrías 17 o 18, estabas en 5o? No me acuerdo nada de esa mudanza! Vamos a extrañar cuentogotas pero te vamos a tener a vos. Besotes,D

Diana Pérez dijo...

No se por qué aparecí anónima, pero soy yo, Diana.

gotamarina dijo...

Tenés razón, me parece que estaba en 5to año, y que empecé la Facu recién mudados. Besotes!