LIBROGS - Mis libros en el éter informático
Me expando en la ué como gayeta en el agua
Hojas rojas
El otoño me regala la compañía de unos árboles rojos que me gustan mucho. Cerca de mi trabajo hay una cuadra plantada con arbolitos jóvenes que están rojos desde hace semanas y me alegran el día, antes de entrar y apenas salgo. Desde hace unos días estoy pensando en los jacarandás, caí en la cuenta de que en este mismo momento Buenos Aires debe de estar violeta con sus flores. Bueno, acá no hay jacarandás, pero están estos árboles rojos que nunca vi en Buenos Aires.
Hoy me puse a juntar hojas caídas pero no todavía secas y me traje a casa unos ramilletes. Me acordé de Lucas Tesoriero y su hermano que habían ocupado con hojas secas una habitación entera del hotel vacío donde vivían con sus padres, que eran los cuidadores, en La Cumbre, con la idea, según nos dijeron, de alguna vez desparramarlas por todo el pueblo en pleno verano, como una instalación artística, happenning o como se lo quiera llamar. Me acuerdo de la impresión que me dio ver una habitación llena de hojas secas, y cuando digo "llena" es exactamente eso, "llena": me pareció alucinante; y la carita de Lucas sonriendo con su idea, y la cara de su madre, resignada a todo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
thanks, eddy!
Efectivamente, Buenos Aires está cada vez más violeta!
Siempre fue un simbolo, para mi, de libertad, de que las clases se terminan y empieza la hora de estar en familia, de tiempos sin presiones, sin prisas...
Aunque en este caso hace demasiado calor!!!
Hermosas las hojas rojas!
ayer a la tarde vi un jacaranda y me acorde de vos, que bueno, que sigan existiendo estas cosas.....beso
Gracias hermanita!!! y gracias Negrita!!!
qué bueno que me recuerden por un jacarandá, qué bueno que los jacarandás pueden simbolizar tantas cosas hermosas!!!
besos a las dos!!!!!!
Publicar un comentario