Tenemos un deporte verbomental familiar: decir estupideces. Rubén las llama "estupideces" con cariño, porque nos infunden el más profundo respeto, y con ironía, porque suponemos que así las calificarían muchos que no somos nosotros. Cuando nos conocimos Rubén y yo descubrimos que ambos lo veníamos practicando por nuestro lado, ahora ya somos tres.
Va de muestra este triálogo de hoy al mediodía (las frases se sucedieron así, una tras otra, sin más intervalo entre una y otra que lo que cuesta tomar aliento y comenzar a hablar):
Marina: -¿El atún vive en Túnez?
Manuel: -¿La madriguera se construye en Madrid?
Rubén: -¿Y la ciudad de Girona gira mucho?
¡Chin pun!
LIBROGS - Mis libros en el éter informático
Me expando en la ué como gayeta en el agua
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1 comentario:
;=P
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