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¡Uh, qué lele!


Después de una semana de tocar el ukelele todos los días, con Rubén enseñándome cómo poner los dedos para tocar acordes y cómo rasguear, una noche me lancé a improvisar lo que sintiera, y fue maravilloso. Enorme placer, dejarme llevar, plenitud, comunión con el instrumento, como si el ukelele tuviera una voz que yo pudiera oír, y mis dedos sobre sus cuerdas intentaran hacer audible esa voz. Indescriptiblemente maravilloso.
Rubén me grabó y se emocionó, me dijo que era muy bello lo que había hecho. Me pareció asombroso porque era todo informe. Y me dijo algo que me pareció muy gráfico: "La música con estructura es como la pintura figurativa, la música sin forma es como la pintura abstracta".
Probablemente haya sido esta idea de Rubén la que me inspiró cómo ilustrar mi improvisación.
Si el amigo agreta de Nachmanovitch (el que mencioné en El tintero) se entera de que divulgo una improvisación musical cuando oficialmente "no sé" tocar el ukelele, me imagino lo que diría. Lo único que puedo decir es que no le eche la culpa al bueno de Stephen,  yo habría hecho esto igual incluso sin leer su libro.
El video es totalmente rudimentario, pero me gusta. Teniendo en cuenta las herramientas que hay ahora para hacer animaciones y efectos especiales, lo que hice es comparable con dibujar la arena húmeda con un palito o mancharse las manos y dejar nuestras huellas en la pared de una gruta.

Surfing is spiritual

Días atrás, mirando el canal de iutub de Paul McCartney, encontré este video acuático:



y de él me fui al cineasta que lo hizo, y descubrí algo impactante:


Me encantaría ver este película, suena muy interesante. Surfear debe de ser una experiencia extraordinaria.
Me hace acordar un texto maravilloso de A. R. Ammons, en cuanto tenga un momento lo subo.