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De casa al trabajo


Salí de casa a la mañana y en el cielo celeste pálido reinaba la luna, plena, hermosa, brillante y amigable. La sierras estaban de un azul verdoso, con una luminosidad apagada, un poco turbia, como si un velo blanco se interpusiera entre ellas y mis ojos. Nubes rosadas y lilas se estiraban de lado a lado en el cielo, dorándose por donde salía el sol.

Librogs: un viaje de ida

Esto de los blogs por un lado es muy fácil, por lo menos en cierto nivel básico, porque cuando me vuelvo quisquillosa con tratar de conseguir exactamente el aspecto visual que yo quiero, todavía no lo consigo. Pero bueno, lo básico es super fácil e impune, por lo menos por ahora, que recién empiezo y nadie me comenta nada porque nadie los ha leido por ahora.

Había empezado este blog con la propuesta de cada día agregar algo, aunque sea poquito, con afán autoterapéutico, y la facilidad de los blogs me tentó a armar blogs por separado para mostrar al mundo mis "libros" terminados y archivados, y así me embarqué en armar mis librogs. El primero que armé es el de las Fábulas, porque cuando me puse a pensar cuál fábula podría incluir acá (como incluí dos textos de Zona crepuscular) había tantos que me gustaban que decidí ponerlos todos, pero en su propio blog.

La característica principal de los librogs es que están armados al reves: en este blog, lo más reciente está adelante, es lo primero que se lee, y si alguien quisiera saber qué fue lo primero que escribí, es decir la entrada más vieja, debería ir hasta el final de la página o blog. En cambio los librogs los armé de tal forma que si alguien quiere leer mi libro de corrido, tal como yo lo concebí y como lo publicaría si pudiera, deberá leer de arriba abajo, desde la "Presentación" (todos tienen una presentación) hasta lo que esté al final. Espero que esto se entienda bien, supongo que sí. Y esto es así porque los concebí como blogs cerrados, terminados, los armé y ya no iré agregando nada en ellos, por lo menos esta es mi idea ahora. Están ahí para que mis textos estén en el éter informático al alcance de todos.

Lo que puse por ahora son las prosas. De las Fábulas pasé a los cuentos de Matías, de los cuentos de Matías a La vie standing there, que mostré a muy pocas personas en la vida (hasta ahora, si cuento bien, sólo 4 lectores), y después a los cuentos de Tuc, que no sé, porque como en su momento dos de mis lectores más importantes para mí los criticaron mucho, hasta parecía que se habían enojado conmigo por lo que había escrito, y un escritor muy admirado dijo que eran (ya no me acuerdo bien sus palabras) "la chicana típica" o algo así, aunque también recibí algunas críticas buenas (y una de una escritora admirada también) qué sé yo, dudé... pero al final lo armé, y que sea lo que Dios quiera.

Con lo que no sé qué hacer es con los poemas, por un lado por cuestiones técnicas: todavía no domino esto de los blogs, y no conseguiría que se vieran como yo quiero, y en eso con los poemas soy muy maniática. Por otro lado mis poemas, por lo menos algunos, especialmente el libro Los elementos, es aquello de lo que estoy más orgullosa. Me pueden decir lo que quieran sobre todo lo demás, pero de Los elementos estoy segura de que es bueno. Y no sé, me encanta el éter informático, me encanta la democratización de internet (altra que la obra de arte en la era de su reproductibilidad técnica), me encanta acordarme del Arcipreste de Hita que al final del Libro del Buen Amor dice que cualquiera puede tomar sus versos y apropiárselos y modificarlos y continuarlos, etc, pero con Los elementos todavía guardo la esperanza de alguna vez poder publicarlo, y claro, si lo lanzo al éter, adiós publicación. Veremos cómo sigue, tal vez renuncie pronto cuando me convenza de que lo más importante es que esos poemas se lean, incluso aunque quien los lea nunca sepa que los escribí yo (vanidad personal, mentalidad propietarista-capitalista del intelecto, etc). Al fin y al cabo cuando concebí Los elementos sentí que un númen me lo estaba dictando, y que eso que yo escribía no era mío, eran cosas que querían ser dichas y me habían elegido a mí como camino, por lo tanto... lo mejor sería regalarlas al mundo. Pero entonces vuelvo al problema técnico de principio: necesito que se vean tal cual son. Lo mejor sería armar un pdf, pero no sé bien cómo.

Volviendo a los blogs, me había propuesto terminar estos cuatro y mostrar todo a todos mis conocidos, y cuando estoy por terminar ya se me ocurre que podría hacer más: el de las sirenas, el de los librobjetos (también tengo problemas técnicos acá), el de mis cosas visuales, o plásticas, o como se digan... en fin, es un viaje de ida.

Dejo acá por ahora.

Espalda y respiración


Estoy embarcada en algo de lo que no puedo hablar porque no encuentro las palabras adecuadas para expresarme sobre eso, y si algo se resiste a ser dicho, siento que insistir sería violentarlo, alterarlo, así que no lo intento. Hasta tal punto no puedo definirlo que tuve que poner "algo" después de "estoy embarcada en" porque todas las otras opciones que se me ocurrieron primero (una búsqueda, una averiguación, una pesquisa, una empresa, una aventura) todas me resultaron inexactas, y las abandoné.

La parte que se deja decir es que me duele mucho la espalda desde hace mucho, y quiero aliviar mi dolor, y también desde hace unos años tengo un dolor recurrente adelante, y se me metió en la cabeza que era causado por contracturas del diafragma, y que si mejoraba mi respiración, podría mejorar.

Lo que quiero compartir para quien le sirva es que encontré dos libros que me parecen muy interesantes. Los dos son muy técnicos, muy claros, y tienen muchos dibujos sumamente útiles. A decir verdad ninguno de los dos los leí por completo, pero con la parte que leí ya me pareció que les podía venir bien a muchos, por eso paso el dato. Creo que lo que los hace más recomendables ante mis ojos es que describen muchas cosas del cuerpo humano, de la columna vertebral y la respiración, cosas muy útiles para cualquiera que necesite ocuparse del tema, sea por dolor (como me pasa a mí) o por placer, y que describen estos funcionamientos humanos sin requerir del lector ninguna adhesión a creencias implícitas sobre la psiquis, por decirlo de algún modo, cosa que sí siento que pasa con otros dos libros que a mi me ayudaron mucho en mi "algo", pero que por eso no recomiendo a mansalva, como son el de Thérèse Berthérat El cuerpo tiene sus razones y el Bioenergética de Alexander Lowen.

Volviendo a los recomendados sin mirar a quién, uno se llama El gran libro del dolor de espalda y su autor es Mike Hage, y aunque dice "gran" es un libro pequeño, al menos la edición que encontré es casi de bolsillo. Su autor es un fisioterapeuta norteamericano, y para más explicación les copio el comienzo de la introducción: "Este libro es una guía de autoayuda para las personas que tienen dolor en el cuello y en la espalda. Ofrece un sistema práctico y equilibrado de autoaplicación de cuidados y ayuda a corregir tu forma de moverte, de colocarte, de descansar y de hacer ejercicio. El objetivo principal del libro es hacer que mejores tu postura y tus movimientos corporales durante la realización de tus actividades cotidianas para que puedas disminuir tu dolor y mejorar tu eficacia y apariencia." La edición que tengo es de Paidós, Vida y Salud.

El otro libro es de Blandine Calais-Germain, profesora de danza y fisioterapeuta, y se llama La respiración. Anatomía para el movimiento - Tomo IV. El gesto respiratorio y lo tengo editado por La liebre de marzo, una editorial española. Es impresionante cómo se puede estudiar tan al detalle la respiración. Los dibujos son fantásticos, cada elemento de la respiración está dibujado desde todos los ángulos posibles con la mayor claridad y expresividad. En el Prólogo, su autora dice: "He podido constatar que la respiración es uno de los campos del trabajo corporal en el que circulan mayor cantidad de ideas falsas. (...) Es también un dominio en el cual, de una técnica a otra, circulan muchas reglas estáticas, poco fundadas: aquí, es mejor inspirar que espirar...; allí, se dice exactamente lo contrario... (...) De ámbito en ámbito, he descubierto que ninguna de estas respiraciones es nociva en sí misma, que ninguna es la única buena, sino que hay que saber elegirlas en el momento adecuado. A partir de estas observaciones, deseo que este libro contribuya a una práctica más clara del gesto respiratorio. Que cada lector comprenda bien por qué, en un momento dado, espontáneamente respiramos de un modo determinado. Y por qué, al contrario, podemos escoger conscientemente un gesto repiratorio en una técnica concreta, para una finalidad o circunstancia determinadas."

También estoy convencida de que lo que estoy explorando tiene que ver con la energía y los chakras. Una vez vi en una librería un libro de un hindú sobre los chakras que me pareció buenísmo, como éstos, claro, descriptivo y exhaustivo, pero no lo compré porque no tenía dinero, ni anoté el nombre (y era imposible de memorizar, bien hindú) y cuando volví a la librería mucho tiempo despues, dispuesta a comprarlo, ya no lo encontré. Si alguien me puede pasar algún dato sobre dónde leer más sobre los chakras, muchas gracias.

Hoy...

Hoy las montañas estaban rosadas. Cubiertas de nieve, la luz de la mañana las hacía sonrojar.

Sueño (ZC)


Sueño con una lluvia que cae lentamente, tan lentamente que no la veo caer, sino permanecer suspendida en el aire cálido y duro. Es una lluvia de gotas pequeñas y brillantes, tan pequeñas y tan brillantes que no sé si son gotas de lluvia o pequeños puntos de oro incrustados en el aire, a distancias irregulares unos de otros. Tampoco sé si lo que hay entre unos y otros es aire; parece algo más denso y más pesado. Me muevo en este nuevo aire punteado y encuentro zonas donde la concentración de puntos, por ser mayor, forma vetas brillantes en el aire denso, y entiendo que son las ráfagas del viento nuevo. En este aire espeso y cristalino mis movimientos son más lentos pero más precisos; mi cuerpo es más firme y más pesado, y busca algo. Es esta lluvia inmóvil que puntea el aire y multiplica reflejos la que no me deja encontrar aquello que busco, sea lo que fuere. Sé qué busco aún sin saberlo; no lo recuerdo pero sé que al encontrarlo lo recordaré. Es mi cuerpo con su nuevo peso, también él punteado por la lluvia metálica y cálida, quien recuerda qué busco, y quien lo encontrará. Pero mi mente sólo ve una marcha errática y punteada en un aire cálido y lluvioso.
Algo encuentro en mi sueño, pero no puedo soñarlo. Es algo que sólo puede entrar en mi sueño rompiendo este aire de cristal líquido y gotas de oro. La lluvia tiembla, derramada en mil frágiles puestos de gotas brillantes. ¿O es mi cuerpo quien tiembla, temiendo derramarse? La lluvia está en mis venas y como lunas crecientes los puntos de oro buscan más cielo. Es mi cuerpo quien tiembla en lunas de azúcar y hiel; él es este maremoto viscoso de jugo de fruta y sangre de arena, este temblor de tierra nueva y abierta a la siembra de estrellas marinas.
Cuando me despierto mi cama es un mar de pimpollos violetas, y yo estoy cansada como si no hubiera dormido.

De Zona crepuscular, Buenos Aires: ediciones botija, 1995.

Mar impasible (ZC)


No me destruís, no me alterás, me dejás entera, intacta e incólume cuando siento por dentro la exaltación frenética de un mar furioso, revuelto y desesperado. Me dejás dueña del silencio que expande la aridez desde mi piel hacia más allá como anillos en el agua cuando por dentro estoy a punto de estallar en junglas de rododendros, bandadas de albatros, incendios de lunas llenas. Soy un cuerpo a la deriva y en tu poder, mar desencadenado e impávido, corriendo peligro de ahogarme, respirando cada tanto bocanadas milagrosas del aire cortante de la noche, casi muriéndome en tu naufragio impasible; hasta que me arrojás a la playa, desecha, casi rota, con agua en los pulmones, peces en las orejas, algas en los pies, caracoles en las axilas.
No juegues conmigo, mar embravecido y bravucón. Ante mí tenés el poder de cambiar la órbita de los planetas, alterar el ritmo de las estaciones, tenés el poder de revertir el Big Bang y que el universo se concentre en un punto: el exacto punto en el cual nuestras miradas se encuentran, chocan, y se funden.
Si nos miramos el mundo deja inmediatamente de existir. Sólo veo un linde borroso más allá de vos, las brújulas nos señalan y el polo magnético de la tierra ya no está donde debiera estar sino en el cruce de nuestras miradas.

De Zona crepuscular, Buenos Aires: ediciones botija, 1995.

El sueño de Manuel

Desde hace 6 años, todas las noches (salvo excepción por fuerza mayor) vivo un momento mágico. Llega la hora de que Manuel se vaya a dormir, y empieza el ritual de ponerse el piyama si no lo tiene puesto, lavarse los dientes, hacer el pis de buenas noches, meterse en la cama y leer un librito antes de apagar la luz. Desde hace un tiempo se rebela contra la parte del ritual que no le gusta y cuesta que se lave los dientes, que haga el pis, que acepte que ya no puede jugar más y tiene que meterse en la cama, que ya no podemos seguir leyendo y hay que apagar la luz. Y si yo estoy cansada (como pasa muchas veces) pierdo pronto la paciencia, y a veces se pone estresante la cuestión, al menos para mí. Pero no importa lo tenso que haya sido todo eso, siempre antes de dormir nos hacemos mimo, nos decimos que nos queremos mucho, nos deseamos cosas buenas para la noche y el día siguiente (a veces mutuamente, a veces yo a él solamente).
Apago la luz. Y me quedo con él. Imagino que todas las teorías psicopedagógicas en boga en la actualidad, con el Dr. Estivill a la cabeza, pondrían el grito en el cielo porque con 6 años todavía yo me quedo con él cuando se duerme. Pero me resisto a perderme este momento. Nos quedamos en silencio uno al lado del otro. A veces quiere que le dé la mano, a veces no. A veces me pide que lo abrace, otras no. Esta despierto, y un momento más tarde está dormido. Y yo, que estoy a su lado esperando, percibo exactamente cuándo se duerme, aun sin tocarlo, sin verlo, aunque esté pensando en otra cosa, aunque yo misma me esté quedando dormida. Lo percibo con el cuerpo, en mi carne, más que con mis sentidos. Es un abandono que me sobreviene, y de pronto me encuentro deslizándome por el sueño, más o menos lejos de la vigilia según el día, y sé que si yo ya estoy entrando en el sueño es porque él también ya está adentro, y ahí retorno a la vigilia y compruebo que sí está dormido. Y me inunda una paz única, mezcla de tranquilidad y emoción, me siento una privilegiada por poder acompañar el momento en que un ángel se queda dormido, me siento tocada por su inocencia, en paz con el mundo y conmigo misma, mejor en el universo. Me quedo un rato escuchando su respiración, disfrutando ese momento, siempre me quedo un poquito más, no sólo por estar segura de que duerme bien, sino sobre todo por disfrutar yo mi momento mágico de cada noche.

Transmutaciones


¿Cómo transmutar los sentimientos desagradables en sentimientos agradables? La rabia y la impotencia, por ejemplo. Si tengo que convivir con algo que no me gusta y que no puedo cambiar, siento impotencia, y rabia. ¿Cómo cambiar el malestar en bienestar? Cuando alejarse tampoco es una solución, sólo me queda cambiarme a mí misma.

Pero, ¿como? A veces la rabia parece dominar todo. No basta con proponernos no sentir rabia cuando sí la sentimos.

Hay caminos, vías, senderos entre matorrales: tratar de ver lo bueno en vez de lo malo, disfrutar las cosas buenas, por pequeñas que sean, hacer cosas que me hagan sentir bien, andar en bici, ir al río, mirar el cielo, escuchar música, leer algo hermoso, gritar, cantar, bailar, tratar de darme placer, hacer algo creativo, aunque sea muy pequeño, recordar los momentos en que estuve bien conmigo misma, darme mi espacio y mi tiempo, escuchar los latidos de mi vida...

En el fondo todo lleva a intentar que la energía estancada vuelva a fluir, dentro mío, como el agua de un arroyo que surge tímidamente y al avanzar va creciendo; y de salto en salto de piedra en piedra se va limpiando, y cobrando fuerza, y me refresca y alimenta; y cuando fluye, cuando la siento fluir, todo está bien.

Volvió el agua. Y hablando de caminos, pienso en Machado; de chica escuché mucho el disco de Serrat, me encantaba, pero pasaron muchos años antes de que entendiera lo de "caminante, no hay camino, sino estelas en la mar", lo de "se hace camino al andar". Pero se ve que estaba adentro mío, porque antes de entenderlo yo también escribí "No hay más búsqueda que la idea que de ella tiene el rastreador. No hay más huellas que las que muestran lo que ya recorrimos". Cuando lo escribí me pareció angustiante: no hay señales. Pero ahora me parece una enorme libertad. No hay caminos, podemos ir a donde querramos. Puedo elegir entre estancamiento o transmutación. Qué suerte!

Esdrújulas

Cuando pensaba lo de la luz aparecieron tres esdrújulas juntas: nítido, prístino y límpido, y eso me llevo a pensar en las esdrújulas, qué lindas que son, no? Suenan como si bailaran, siempre. Las palabras graves caen, las agudas se quedan estables, las esdrújulas bailan: esdrújula (¡qué lindo que "esdrújula" sea esdrújula!) que lleva a brújula y a rúcula... y eso me llevó a una pregunta que nunca me había hecho: ¿por qué hay tantas esdrújulas que terminan en "-cula"? Rúcula, mayúscula, minúscula, aurícula, vesícula, retícula, película, partícula, ridícula, mácula... supongo que el latín estará metido en todo esto, no creo que ninguna de estas palabras derive del griego.

Acá podría escucharse la voz de María Elena Walsh diciendo: "Señorita, mire la plapla, mire la plapla....!"

¡Acepto desasnamientos!

La luz, por ejemplo

La luz natural. La luz del sol o de la luna. La luz dorada del amanecer, cuando recién se inicia el día, y el mundo todavía es un poco misterioso... La luz rosada de un atardecer de un día nublado, esa luz rosada y dorada al mismo tiempo, que surge por entre nubes violetas y azul oscuro, haciendo destellar sus perfiles por detrás, regalando belleza al final de un día lloviznoso... La luz nítida de un día soleado de invierno, límpido, prístino, una luz tan clara que no se hace ver, y deja ver el mundo con su belleza radiante... en esa luz mirar es un placer, mirar lo que sea, mirar, simplemente, mirar, cada objeto tocado por esa luz es hermoso.
(Mirar. ¿Cómo hacen los ciegos con internet? Hay que inventar el braille de computadora.)
Recuerdo un día hace más de 10 años, en Buenos Aires, esperando el colectivo en un lugar que poca gente consideraría lindo, y sentir esta luz, y dejarme llevar por su belleza, y sentir que mientras existiera belleza en el mundo, yo podría sobrevivir a cualquier cosa; también sentí que belleza va a haber siempre, y ¿qué importa si ya no estoy yo para apreciarla? lo importante es la belleza, no yo.
Recuerdo otro momento, ocho años después, en Salt, en un lugar ni feo ni lindo, pero a pocas cuadras mi casa estaba en un lugar horrible, todo en mi vida era muy dificil entonces, y de golpe me encontré con la bici andando sobre un mar de capullos blancos de no se qué planta, era primavera, algo tipo panaderos había inundado la calle y las veredas, y me pareció tan hermoso, que me di cuenta de que siempre, incluso en los momentos más horribles, podemos encontrar belleza y sentirnos mejor gracias a ella.

Buenas noches.

A desagobiar


Mi trabajo es estresante de por sí, y porque desde hace un año falta una persona y para suplirla yo debería ser 2, y obviamente no puedo. Además yo me lo tomo muy a pecho... por eso este escape. En vez de agobiarme con todo lo que hay para hacer y que no doy abasto, pienso lo que me gustaría escribir acá.
Cuando pensé esto hace un año, fue así. Me gustaría transmitir imágenes de paz y felicidad, de placidez, para recibirlas yo misma al darlas, y para darlas a los demás, a quien sea que les venga bien.
Trato de pensar imágenes de placidez para contrarrestar el agobio laboral y lo que más surge son imágenes acuáticas: estar dentro del agua, un agua tranquila y cristalina, un agua que nos sostenga y contenga, donde flotamos sin hacer nada... como hacer la plancha en el caribe, con el sol dorándonos por arriba, pececitos amables de colores alrededor nuestro, arena dorada ahí cerca... alguna vez disfruté esto. Está bueno recordarlo.
Alguna vez me propuse transmitir imágenes de placidez y bienestar sin usar ningún sustantivo abstracto. Esto es más difícil, pero ya lo voy a intentar.
Hasta pronto
je je, acá estoy... me fui a dormir pero pensando en todo lo que quería escribir acá, eso es lo bueno, como estímulo resultó fantástico. De momento mis entradas serán breves como haikus (ojalá además de la brevedad tengan la poesia de los haikus).

Recuerdo una frase de Respiración artificial, de Ricardo Piglia, de su personaje Enrique Osorio (tal vez cito algo mal, no confirmé mi recuerdo): "No se desapasionen, que la pasión es nuestro último (o era "único"?) vínculo con la verdad".

Besitos.
Hola! Empiezo blog, mi primer blog; año nuevo blog nuevo, a ver qué tal me va... de momento, bienvenida, bienvenidos, bienhallados, bienleída, benvolguts, nouvinguts, etc etc. Hace mucho que pensé hacer esto pero lo dejé estar, y ahora lo hice por fin por estimulación de Obnebur: gracias Obnebur una vez más por darme el impulso para hacer cosas nuevas en mi vida. GRACIAS.

Empiezo ya mismo y ya iré perfeccionando esto, ya tendré otro momento para configurar, editar, cambiar, familiarizarme con todo este asunto; por ahora quería dejarlo empezado aunque sea en crudo porque tengo una idea, una ilusión: que esto me sirva para lo que pensé hace un año (o medio año, no sé) y no hice: para escribir sin previsión ni revisión y mostrar facilmente lo que escribo; y lo que pienso ahora: para escribir todos los días un poquito, aunque sea una línea, algo cortito, lo que sea; con afán más que nada terapéutico (autoterapéutico) y rehabilitatorio (de mí misma), por motivos que tal vez dentro de poco cuente acá, tal vez nunca. De momento acá estoy. Es muy extraño escribir y pensar que haciendo clik en unos segundos cualquier desprevenido que se cruce con mi blog en el eter informático podrá leerme. Es estimulante, bienvenidos los estímulos.

Bienvenidos internautas, navegabloggers, amigos, amigas, quien sea!

Me voy a dormir, nuevo plan de vida (no por decisión propia, no puedo elegir): jornada laboral intensiva (es decir: sin parar) de lunes a viernes de 8 a 18 hs (en vez de 16 hs) hasta nuevo aviso, con presiones casi constantes: motivo de estrés (y de necesidad de autoterapia, ya está, ya lo conté, aguanté poco la intriga) y necesidad de organizarme e irme a dormir temprano.

Besitos, nos vemos pronto!